Tarragona tiene teatro, anfiteatro y circo romanos, pero se ha quedado sin cine dentro del casco urbano. Lástima que los tarraconenses que hace más de 2.000 años habitaron la Imperial Tarraco no hubieran inventado el cine. Seguro que una de sus salas sería ahora otra de las reliquias protegidas, ya que también habría ayudado a declarar la ciudad patrimonio de la humanidad. Ayer fue el primer día sin cine en la ciudad porque la empresa Lauren cerró el domingo por la noche las seis salas que explotaba en el complejo comercial del Parc Central.
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