Además de TSMC e Intel, se habían anunciado previamente: US$35 millones para BAE Systems, US$162 millones para Microchip Technology y US$1.500 millones para GlobalFoundries en gran parte para financiar la fabricación de chips menos avanzados pero aún importantes. La ley de 20 meses permite que la Casa Blanca gaste un total de aproximadamente US$50,000 millones. El objetivo de la administración Biden es que Estados Unidos produzca el 20% de los chips semiconductores más avanzados del mundo para finales de la década.
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