Mateo Jaenín, el guardia de seguridad del Museo del Prado de Madrid, cuenta desde ayer con una réplica que desempeñará su labor en el interior de la institución. Los conservadores del museo tomaron la decisión de encargar una réplica para el Señor Mateo, de 62 años, cuando comprobaron que, tras tantos años de soportar el flash de las cámaras de los visitantes, su superficie empezaba a amarillear y resquebrajarse.
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