Existen tres maneras de 'intentar' el Everest. La primera es la más sencilla: apuntarse en cualquiera de las agencias que organizan expediciones comerciales. Lo más práctico es hacerlo directamente en alguna de Nepal, que en la actualidad acaparan la mayor parte de los clientes. La segunda manera es algo más económica, y la habitual entre los alpinistas: consiste en comprar, bien a título individual, bien de manera colectiva, la correspondiente cuota de permiso a una de estas agencias.
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