Antes de trabajar como meretriz Natalia Ferrari había probado con otros trabajos. “Soportó” estar en un McDonald’s durante tres días y no aguantó más. Lo siguiente fueron otros dos días trabajando como teleoperadora. También estuvo un par de años como vigilante de seguridad y en el servicio de atención al público en un museo. "Debería haber empezado a prostituirme mucho antes", se lamenta.
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