Mientras que la huella de carbono del bitcoin está bien estudiada, se ha prestado menos atención a la gran cantidad de hardware informático que la criptomoneda incentiva. Los chips informáticos especializados, llamados ASIC, se venden con el único propósito de ejecutar los algoritmos que aseguran la red bitcoin, un proceso llamado minería. Pero como sólo los chips más nuevos son lo suficientemente eficientes como para minar de forma rentable, los mineros tienen que sustituir constantemente su hardware.
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