Me gustaría añadir por mi parte que es vergonzoso el desconocimiento de la realidad jurídico penal y penitenciaria, es vergonzosa la frivolidad con la que se gestiona la vida pública, pensando más en réditos políticos que en trabajar por el bien común. El reproche y el rechazo a las declaraciones de responsables políticos de abrir un debate sobre la cadena perpetua surge desde todos los ángulos. Estamos viendo la movilización de profesionales del derecho y colectivos.
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