Más allá de la cifra exacta de mujeres violadas, los hechos no son discutidos por los historiadores y existen suficientes pruebas documentales y testimonios directos, como el de una autora anónima que relató la ignominia vivida en primera persona en Una mujer en Berlín (Anagrama). “Pero teniendo en cuenta la cantidad de fotógrafos presentes en los mismos lugares donde se producían las violaciones, desplazados hasta allí para registrar la destrucción de la ciudades, ¿cómo es posible que no exista ni una sola imagen?”
|
etiquetas: ejército rojo , segunda guerra mundial , mujeres , ariella aïsha azoula