Coger el ritmo en una clase de aeróbic, spinning o cycling es casi imposible si no hay música que acompañe los movimientos y esta música tiene dueño. Así lo considera la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que reconoce su mala imagen en su labor recaudatoria, pero insiste en que "sólo" cumple la Ley.
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