Asumámoslo: aunque nos mole fingir que somos Bruce Willis, si nos enfrentásemos a un secuestrador en la vida real, la mayoría de nosotros nos cagaríamos encima y suplicaríamos por nuestras vidas. Ya que las historias sobre gente meándose en los pantalones no son tan especiales o interesantes, aquí están los relatos de seis geniales rehenes que no sólo consiguieron mantener la calma sino que se las apañaron para frustrar los planes de sus secuestradores de formas impresionantes.
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