“Ésta era la casa de la discreción. Ahora es la casa del fuego a discreción”. Con cierto cinismo resume un inspector de la Agencia Tributaria la situación de un cuerpo al que la ley exige sigilo pero al que la avalancha de ceses –más de 320 en 18 meses—y las dimisiones en señal de protesta por las instrucciones políticas –tres presentadas y cuatro sin tramitar en apenas un mes—han convertido en un titular de portada en todos los medios.
|
etiquetas: agencia tributaria , escándalos , deterioro prestigio