Si creen que lo peor para el petróleo y los combustibles ha quedado atrás, podrían estar muy equivocados. La UE está a punto de cortar la compra de productos derivados del petróleo con su mayor proveedor de diésel. Las sanciones a los productos refinados entrarán en vigor en febrero. El impacto no se notará de inmediato, puesto que las distribuidoras de combustibles europeos han aprovechado estos meses para pertrecharse y comprar todo el diésel posible a Rusia, que hasta la fecha era el 'vendedor' preferido de los europeos por precio y cercanía
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