“El mensaje al mundo de los bahreiníes es un ‘salvadnos porque nos están matando lentamente’”, relata Maryam, muy crítica con el “doble rasero” de la comunidad internacional. “He descubierto que los derechos humanos se miden por el interés económico y geopolítico. Desgraciadamente en Bahréin el barril de petróleo saudí es más valioso que la vida humana”. Y de sus dardos tampoco se libra España: “Hasta el rey Juan Carlos I ha sido en muchas ocasiones una voz de apoyo a la monarquía de Al Jalifa”.
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