Jako había sido sustraído en Marsella en 2020. Su dueño, un oficial de la Policía Municipal, mantuvo viva la esperanza de que algún día volverían a encontrarse. “Si algún día lo ven, probablemente dirá su nombre, Jako”. El miércoles un equipo patrullaba cuando descubrieron una jaula con un ave ofrecida a la venta. Lo que dejó perplejos a los agentes fue que apenas se acercaron el animal comenzó a repetir su nombre: “¡Jako! ¡Jako!”. Fue este comportamiento el que confirmó sus sospechas: se trataba de la misma ave que habían robado a su compañero
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