El Rally Dakar está en apuros. Una nueva edición del antaño rally más duro del mundo ha terminado en Arabia Saudí y el ganador en la categoría de coches lo sabemos desde hace más de diez días: Nasser Al-Attiyah. Pero ese solo ha sido el menor de los problemas de un Dakar que ya no es ni un reto ni un desafío.
La deriva de ablandamiento del Dakar ha cruzado varias líneas rojas peligrosas en la edición de 2022. La localización en Arabia Saudí debería estar en duda por más motivos que los políticos y morales, y la asociación con la FIA para crear el mundial de raids solo ha traído que acabar el Dakar ya no sea ningún logro.
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