Sufro al pensar que no te volveré a tener enroscada junto a mi en la cama, que mis caricias no podrán saciar el picor de tu piel, que no veré de nuevo esos labios sonreír por mi, ni por mi ni por nadie, porque no te volveré a ver, nunca podré ser tu amigo, ¿no lo entiendes? Me volvería a enamorar de ti. Me tienes loco, y la locura me va arrebatando la vida poco a poco. Mi razón te comprende, pero mi sentir está roto, loco, triste, y especialmente apagado hoy. Hubiera apostado la cabeza por nosotros, y al final he terminado perdiéndola.
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