"una tienda de ropa interior para curas y monjas. Era de la marca Pierre Cardin y no tenía nada que envidiar a la ropa que anuncian los laicos efebos y mozas de las marquesinas del autobús. No era holgada, ni de esparto, ni poco coqueta como cabía esperar. Al contrario. Y si bien es cierto que las ropas de ellas no abusaban de las puntillas, de las transparencias o de cualquier picardía de esas que tanto nos gustan a algunas ovejas descarriadas, también es cierto que no era austero paño de color carne". ¿?
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