Mina está satisfecha con su trabajo. No importa que tenga que levantarse a las seis de la mañana y acostarse a la una de la madrugada, siete días a la semana, para ganar 600 takas (6 euros) al mes. Ni que quienes la emplean la griten y la insulten a menudo. Aquí, por lo menos, no me pegan tanto como en trabajos anteriores, explica. Mina tiene 10 años, pero ya conoce varios casos de niñas que no volverán a serlo más. Unos 215 millones de niños trabajan en todo el mundo, un 61% de ellos en Asia.
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