Después de la bajeza moral de la campaña proselitista de Albert Rivera en Venezuela, vemos que nada ha cambiado en la República bolivariana. El líder de C's se hizo la foto con los golpistas de la ultraderecha y sus familias; lloró a brazo partido oyendo los demoledores testimonios de la oposición y aprovechó para hablar sobre Podemos. Lamentablemente no escuchó la otra mitad de la historia ya que no se entrevistó con las víctimas de las guarimbas
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