No es sencillo realizar este tipo de maniobras; enfilar ese aparato en una ría que se estrecha y se curva ligeramente en su tramo final Tampoco soltar después toda esa carga de agua sobre el foco del incendio. El avión se libera de un gran peso a la vez que recibe de lleno las turbulencias del fuego y el calor. Un trabajo digno de admiración, sobre todo en España, tierra de incendios e incendiarios.
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