Thomas Hopper fue declarado culpable de violación y sodomía a principios de 1990. De acuerdo con el expediente judicial, la víctima, una niña de 13 años de edad, dijo que Hopper le puso una hoja de afeitar en la garganta antes de abusar sexualmente de ella. El reverendo Michael Orten defendió su decisión de contratarle cumpliendo con el mensaje de Jesús de misericordia y aceptación: "Si la chica elige, hacen falta dos para bailar un tango, ¿ok?, y si decide acostarse con él entonces ella también es culpable."
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