Los servicios sociales de Noruega se apoderaron el pasado diciembre de dos hijas, dos hijos y posteriormente del bebé de Marius y Ruth Bodnarius, ambos de origen rumano, a la salida de la escuela y sin conocimiento de los mismos, y posteriormente fueron escoltados a un lugar no revelado. Tras varias semanas sin contacto alguno con los hijos, el abogado de la familia obtuvo respuesta y descubrió que los padres fueron acusados de inculcar "ideales cristianos radicales" a sus hijos.
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