Me estoy refiriendo a Iberia, en este caso, y a su desmantelamiento concienzudo. Me estoy refiriendo también, claro está, a la ruina de una inversión como la ampliación de Madrid- Barajas, que costó un turrón a los españoles y hoy empieza a ser un erial cuyos escasos réditos hablan inglés. La historia de la depredación de Iberia es la de una operación muy típica de estos tiempos del “todo vale” en la que unos directivos (españoles) avalan el expolio a cambio de ser excelentemente remunerados; otros, gobernantes, miran para otro lado .
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