Artistas de portada de papel couché, viejas glorias desesperadas por seguir viviendo a cuerpo de rey en memoria de la acomodada herencia de los ya pasados tiempos de gloria, vendedores de melodías de gasolinera deseosos de seguir haciendo caja al ritmo de su jurásico chimpúm-chimpúm, intérpretes de canción ligera, tan ligera que es humo, maquillajes y taconazos, gomina y desgastada brillantina...
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