Investigadores de la oficina antifraude europea, OLAF, han descubierto uno de los supuestos mayores fraudes organizados en su historia. Concluyen que las aduanas británicas jugaron un papel central al ignorar advertencias para tomar medidas contra la importación de textiles y calzado introducidos en Europa a una parte diminuta de su coste de producción. Esta negligencia continua evitó el ingreso a la UE de tasas por valor de 1.987 millones de euros y recaudar 3.200 millones de euros en IVA en países como Francia, Alemania, España e Italia.
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