Fue el soldado Filipides, tras recorrer unos 40Km. entre Maratón y Atenas, poco ante de morir de agotamiento, quien anunciara: ¡Alegraos Atenienses, hemos vencido! En 1908, en los Juegos Olímpicos de Londres, el Príncipe de Gales, Jorge V, quiso que la salida se tomase desde el Castillo de Windsor, según se cuenta debido a que ese día llovía y no querían que la Reina se mojara, con lo que la distancia final quedo en 26 millas y 385 yardas, dando los actuales 42.195 metros, quedando como definitiva esa distancia para el resto de las olimpiadas.
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