¡Achís! ¡Aachís! ¡A-a-aachís! ¿Por qué a veces estornudamos dos o tres veces seguidas? Los estornudos encadenados pueden interrumpir una reunión, hacer que nos enrojezcamos de vergüenza y empujar a alguien a decir “salud” antes de tiempo. Pero hay una razón biológica por la que ocurren así.
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