En las Lomas de Chapultepec, un exclusivo barrio del DF donde se suceden calles con embajadas, jardineros y personal de seguridad, no hace falta darle muchas indicaciones al taxista para llegar hasta la mansión de Raúl Salinas de Gortari. El hermano del que fuera presidente de México entre 1988 y 1994, símbolo de la corrupción en esa época, es también ahora ejemplo de un mal que aqueja al sistema judicial mexicano: la impunidad.
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