La gente se agolpa tras el cerco policial, mojándose bajo un cielo cubierto y una lluvia intermitente que no apacigua su curiosidad. Frente a ellos, decenas de agentes del Seprona y voluntarios que, envueltos en una creciente sensación de impotencia, continúan las labores de recogida de los peces muertos que se acumulan en la orilla. Son los restos de la masa pestilente y grisácea que, meciéndose con las olas o encallada en la arena, materializó este fin de semana el agónico estado en el que se encuentra el Mar Menor.
|
etiquetas: mar menor , murcia , desastre