Al grano, que el Estado ha comprado el 10% de Telefónica. Dicen que es por la entrada de los saudíes en la compañía, pero lo cierto es que eso me importa entre poco y nada. Lo que me ha provocado este imprevisto alborozo ha sido sencillamente el hecho de que el Estado entre en la compañía de comunicación. Punto. El Estado, o sea, yo. Y usted.
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