Los científicos agruparon los diferentes alimentos en porciones idénticas y los envolvieron con dos tipos de envoltorios, uno con la marca McDonald's y otro que no mostraba ningún logo. Los científicos dieron a probar a los niños alimentos procedentes de ambos tipos de paquetes y les preguntaron cuáles les gustaban más. En la mayoría de los casos, los pequeños prefirieron la comida que creyeron que procedía de la cadena de comida rápida.
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