Una cosa está clara: le ha tocado los cojones mucho… a muchos. Y además, con fundamento. No se lo podían perdonar. Cuando una persona despierta tanta inquina en sectores tan distintos, esto significa sin duda alguna que hace pupa, que ha dado en el clavo con su discurso y con sus ideas y que el sistema ha intuído el peligro que esto acarrea como no aplique correctivos con urgencia. Así que, costara lo que costara, tenían que conseguir que su cabeza acabara rodando. Y rápido.
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