Ahora mismo, viendo el circo montado para trasladar a dos personas infectadas con ébola, habrá miles de enfermos que se estarán preguntando desde su casa en qué momento se convirtieron en ciudadanos de segunda. Quizás una de esas personas sea Antonio quien padece cáncer de próstata y tras meses de tratamiento, dos oncólogos le prescribieron un tratamiento que frena la enfermedad, valorado en 3.000 euros que la Generalitat se le niega por razones económicas. Su situación se complica cada día que pasa.
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