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Qué bello es odiar

No se puede vivir sin aborrecimientos. Hay que odiar algo, cualquier cosa. De lo contrario, la existencia se vuelve demasiado larga y saludable. Truman Capote y Gore Vidal lo sabían, y por eso abrillantaban su enemistad cada poco. El odio que los unía representa uno de los más genuinos, inteligentes y bellos que ha dado la literatura. No dejaron que una sola vez se posase el polvo sobre su animadversión. Fue un odio feliz. Incluso el día de la muerte de Capote, en 1984, la voz de Gore se alzó para felicitarlo: «Buena decisión profesional».

| etiquetas: truman capote , gore vidal , literatura , odio , escritores

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