El anticatalanismo ha aumentado en España al mismo ritmo que crecía aquí el independentismo. ¿Son fenómenos correlativos, sucesivos, relacionados? Hay que preguntarse cómo se han alimentado ambas calderas. Cada vez que aparece en Televisión Española un catalán diciendo que quiere separarse de España, un español suelta el putos catalanes. Los medios autonómicos se dan prisa en recoger este insulto, y así, cada vez que un español dice putos catalanes aparece un independentista más. No es una pescadilla, sino pesadilla que se muerde la cola.
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