Resulta difícil de justificar que se defienda que la sociedad necesita unos profesores cargados de superpoderes sin relacionarlos con la situación laboral del profesorado, su consideración social, o con la falta de planes eficaces relativos a la carrera docente. ¿Es ético generar una ansiedad colectiva entre el profesorado? Se espera que consiga que cada uno de esos alumnos se interese, se entusiasme y tenga éxito en todas las actividades. Que esté capacitado para percatarse de los problemas emocionales de sus alumnos. Que sean los espejos...
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