La docente elaboró un sorbete de limón que contenía alcohol y tras advertir al resto del alumnado, se lo dio a probar a otro compañero de catorce años, de religión musulmana, ocultando su contenido alcohólico. Tras ello, con un ánimo evidentemente deshonroso, le preguntó riéndose: “¿Te gusta?, pues que sepas que lleva alcohol”. Además, invitaba a los alumnos a acudir a su casa, a probar el alcohol o el tabaco, o trataba de manera despectiva a un concreto alumno invitando a sus propios compañeros a que fueran cómplices de las burlas.
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