Es algo que he sufrido en mis propias carnes. Tuve un Samsung Galaxy Spica, un móvil que no estaba nada mal en cuanto a características. Samsung lo lanzó a principios del 2010. En mayo de ese mismo año, recibió la actualización a Android 2.1 (justo cuando Google lanzaba Froyo). Y ahí se quedó. A pesar de que mi móvil podía correr perfectamente Froyo, Samsung decidió que era buena idea dejar de dar soporte al teléfono aunque no hubiese pasado ni un año del lanzamiento.
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