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Preocuparse demasiado por los demás: la maldición de los pobres

Los ricos y poderosos pueden permanecer ajenos e indiferentes, porque ellos se lo pueden permitir. A las clases trabajadoras y pobres se les ha inculcado la idea de sacrificio y compasión desde su nacimiento. Numerosos estudios psicológicos dicen que los nacidos en familias de clases más bajas siempre puntúan mucho mejor en las pruebas de estimación de los sentimientos ajenos que los vástagos de las clases adineradas o profesionales. En cierto modo no es nada sorprendente. A fin de cuentas esto es lo que significa ser "poderoso".

| etiquetas: trabajo , clases , pobres , ricos

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