Beber agua en exceso es una adicción peligrosa para la salud. Los adictos que consumen varios litros diarios del vital líquido padecen "potomanía". Esta compulsión provoca daños, tales como alteración del funcionamiento de los riñones, calambres, náuseas, dolor de cabeza, letargia, convulsiones, parálisis cardiaca, coma, etcétera. Y en casos extremos puede causar la muerte si no se detecta a tiempo, alerta el IMSS.
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