Hay dos vías para abandonar la iglesia católica: la excomunión y la apostasía. La primera, “la pena eclesiástica más severa” según el derecho canónico, solo puede ser concedida por el Papa, el Obispo del lugar o por sacerdotes autorizados por ellos. Es decir, la excomunión es una expulsión. El motivo más común para ser excomulgado es la herejía y personajes históricos como Napoleón Bonaparte, Fidel Castro o Martín Lutero engordan la lista de excluidos por la iglesia. Existe una segunda opción, la apostasía, una renuncia personal a la que todo b
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