El paro está en mínimos de siete años, la confianza en máximos, y el Gobierno de izquierdas disfruta de una estabilidad impensable cuando llegó al poder a finales de 2015. El socialista Antonio Costa ha hecho gala de pragmatismo para mejorar las grandes cifras macro, aunque persiste la amenaza de la elevada deuda pública y los problemas de la banca.
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