Yo, desde luego, soy marisolista. Aunque recuerdo con horror las películas de aquella niña de trenzas rubias y voz atiplada; películas que en realidad no vi, sino sólo los trailers; luego, cuando la niña creció, la cosa cambió de tono y me pasé a los de su bando por pura sensibilidad estética[..]Marisol ha sido una de las pocas mujeres-objeto[..]Marisol, por lo menos, es un objeto de valor.
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