(...) con la idea por bandera de que “el negocio no puede estar por encima del derecho al descanso” y la reivindicación de que el número de licencias de bares de copas concedidas supera la capacidad de aforo y absorción de ruido de un espacio tan pequeño como el de la plaza de la Corrada, empezó a presentar denuncias en 2016. En total, ya son veinte las que acumula, todas con el silencio administrativo como respuesta y cinco solicitudes de peritajes acústicos, alguno de los que demuestran que el nivel de decibelios triplica el permitido.
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