Todos podemos por momentos sentir una soledad fugaz, pero ese sentimiento puede solidificarse y convertirse en algo más profundo y oscuro en aquellos que perciben el mundo como un lugar duro y hostil, un lugar que no recibiría bien sus intentos de reconectarse aún si lo intentaran. Es una agobiante sensación de rechazo, de no pertenecer, de estar lejos de los demás, lo que marca la esencia de sentirse solo en la multitud, y no es de ninguna manera algo que sólo pueden sentir las personas mayores.
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