Abel Coupeau, un belga de Gent de 43 años, es uno de los propietarios de uno de los apartamentos del edificio de Font Nova que el miércoles pasado quedaron hechos añicos por el derrumbe de parte de la instalación. Él está buscando ayuda para ver cómo y cuándo puede recuperar una urna metálica y sellada, que guarda algo muy especial. Las cenizas de su padre que tenía en el armario y que tenía que esparcir sobre el mar que baña Peñíscola.
|
etiquetas: peñiscola , derrumbe , urna funeraria , rescate , culto a los muertos