Que los espermatozoides de uno de los moluscos más populares en los chiringuitos de nuestro país se te claven en la mucosa oral e intenten preñarte a fuerza de taladrártela, además de doloroso debe ser todo lo contrario a la cena asiática romántica que tenías planeada para triunfar con tu churri. Pues bien, la escena descrita no la hemos sacado de ninguna película de serie B, es real como la vida misma.
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