La erupción del volcán submarino de El Hierro borró todas las formas de vida cercanas. Pero el terreno pronto se llenó de "unos filamentos blancos muy vistosos -llamados cabello de Venus-, que eran unos tapices bacterianos típicos en estos episodios volcánicos". Al analizarlos, vieron que estaban formados por unas bacterias desconocidas para la comunidad científica. La nueva bacteria bautizada Thiolava veneris es extremófila y ha creado su propio ecosistema. En español:
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