Pedro Sánchez ha defendido que el viraje del Ejecutivo con respecto al Sáhara es comprensible para la mayoría de los españoles. Sánchez ha valorado que esta medida se toma en defensa de la paz y resta peso a las disputas en el seno del ejecutivo, que ha valorado como «discrepancias». Pese a que la crisis ha llevado a que el embajador de Argelia abandone el país y a que Parlamento argelino lo califique de «traición» Sánchez ha asegurado que la decisión sobre aceptar las pretensiones de Marruecos no pone en riesgo la relación con Argelia.
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