Santiago, de 15 años, fotografió los cadáveres de sus padres y de su hermano y mostró la imagen a su tía: "Mira, los he matado". Según él, cada muerte fue consecuencia de la anterior excepto la primera, la de su madre. Santi la mató porque le llamó "vago" tras suspender cinco asignaturas, porque le iba a obligar a trabajar en el bancal con su padre los sábados y domingos y porque quería dejarle sin wifi, ordenador y videoconsola.
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